La planificación es una asignación pendiente del sector eléctrico
La ADIE ha recomendado un análisis profundo de la realidad actual, de los pronósticos de crecimiento poblacional y de la demanda de energía, a fin de suplir las necesidades eléctricas del país de cara al futuro.
La Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica busca promover, a través de la cooperación voluntaria de sus miembros, el desarrollo, expansión y fortalecimiento de las actividades asociadas al sector eléctrico de la República Dominican. Su vicepresidente ejecutivo, Manuel Cabral afirma que el sistema eléctrico dominicano ha presentado estabilidad en los últimos 20 años, especialmente en el componente de la generación.
Sin embargo, señala que uno de los principales retos que experimenta el sector eléctrico es el fortalecimiento del sistema de transmisión. “En el país los puntos con mayor potencial para la producción de energía renovable se encuentran alejados de las zonas de mayor demanda. Por ello, la expansión del sistema de transmisión es fundamental para fomentar el crecimiento de las energías renovables y alcanzar la transición hacia una energía más limpia de acuerdo con los objetivos del país”.
Cabral, resalta particularmente que “otro de los aspectos que se deben robustecer es la distribución, de manera que se reduzcan las pérdidas de energía y el sistema pueda avanzar hacia un modelo de sostenibilidad financiera”.
En este sentido, y desde la perspectiva de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica, “la planificación es también una de las asignaciones pendientes del sector eléctrico y debe llevarse a cabo en paralelo con el cumplimiento de la regulación a través de instituciones fuertes e independientes”, expresa Manuel Cabral.
El trabajo Gobierno-empresa privada es clave en el proceso de transición energética, ¿Cómo evalúa esta sinergia en la actualidad y cómo ha sido la participación de la ADIE al respecto?
Actualmente, vivimos momentos de grandes avances en las relaciones entre gobierno y sector privado. La sinergia entre estos dos actores es de gran relevancia para el fomento de las inversiones de capital privado, no solo en el sector eléctrico, sino también para el resto de los planes de desarrollo del país. En ese sentido, el Estado dominicano ha dado muestras de compromiso con la sostenibilidad al fomentar la entrada de proyectos de energía renovable y crear las condiciones para reducir los tiempos de ejecución de dichos proyectos desde su promoción hasta su construcción y puesta en marcha.
Desde la ADIE, participamos activamente en las discusiones sobre los procesos de transición energética junto a otros actores del sector privado, presentando nuestras propuestas y promoviendo un cambio en los modelos de producción, distribución y consumo de la energía. Por otro lado, nuestros socios han hecho importantes inversiones en las últimas décadas para fortalecer la diversificación de la matriz, migrar hacia una generación más sostenible y contribuir con el proceso de descarbonización.
¿Cuáles serían sus recomendaciones para impulsar el trabajo mancomunado Gobierno-empresa privada en el proceso de transición energética?
El crecimiento del sector eléctrico representa una gran oportunidad para el trabajo mancomunado entre gobierno y sector privado. Continuar tomando medidas que agilicen los procesos de nueva inversión, así como enviar señales claras de seguridad jurídica y fortalecimiento institucional, son algunas de las maneras en que el estado puede seguir apoyando el desarrollo energético en el país. De su lado, el sector privado ha sido un acompañante del desarrollo mediante la confianza al realizar nuevas inversiones en el mercado eléctrico dominicano. Unido a esto, es importante que se mantenga el diálogo fluido entre ambos sectores para trabajar juntos por un sistema eléctrico de calidad.
¿Qué recomendaciones y aportes ha realizado ADIE para alcanzar un sector energético competitivo que permita el pleno abastecimiento de energía confiable, eficiente y sostenible?
La ADIE ha abogado en distintos escenarios por un sistema de electricidad que sea sostenible. Esto implica que las empresas de distribución puedan fortalecerse y evitar las pérdidas de electricidad que provocan, a su vez, un déficit en el sector. Hemos recomendado un análisis profundo de nuestra realidad actual y los pronósticos de crecimiento poblacional y de la demanda de energía, de manera que el sistema pueda estar preparado de forma consciente para suplir las necesidades eléctricas del país. Entendemos que debemos avanzar de acuerdo con las nuevas tendencias mundiales de producción y consumo responsable, de almacenamiento de energía, movilidad eléctrica, entre otras.
¿Considera que la matriz energética del país está suficientemente diversificada? ¿Qué oportunidades ve para consolidar la diversificación?
En comparación con otras naciones de Centroamérica y El Caribe, la República Dominicana tiene una de las matrices energéticas más diversificadas de la región, tomando en cuenta que en la última década se impulsó debido a la inversión privada y con respaldo de la administración pública.
En el año 2000 la matriz energética se componía de un 88 % de derivados de petróleo, 3 % de carbón y 9 % de generación hidroeléctrica. Para el año 2004, luego de las inversiones que siguieron al proceso de capitalización, el 72 % era producida con derivados de petróleo; el 4 % con gas natural; 12 % de carbón y 12 % hidroeléctricas.
El pasado año 2022, la energía fue abastecida en el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado por las siguientes fuentes primarias: gas natural 39 %, carbón 30 %, derivados del petróleo 15 %, agua 6 %, biomasa 1 %, viento 5 % y sol 3%. Estos resultados permiten ver que las energías renovables ya igualan a la generada con derivados del petróleo y se espera que, en los próximos años, estas superen significativamente la producción con combustibles fósiles.
En el año 2022 entraron en operación dos parques de generación solar que representaron un incremento de unos 100 MW. En la actualidad, el sistema eléctrico dominicano cuenta con unos 833 MW de energía renovable no convencional a gran escala en operación, de los cuales 370 MW son eólicos, 433 MW solar fotovoltaicos y 30 MW con base en biomasa.
Actualmente se encuentran en construcción 12 parques de generación con fuentes renovables que, cuando estén en funcionamiento, aportarán unos 503 MW adicionales a los 833 MW que se encuentran operando. Se augura que estos parques pudieran entrar en operación en este mismo año 2023 o en el primer trimestre del año 2024.
Usted ha comentado anteriormente en la necesidad de una planificación integral del sector eléctrico, ¿considera que esa planificación se está llevando a cabo? ¿Qué medida faltan por adoptar?
Desde ADIE hemos destacado en reiteradas ocasiones la importancia de la planificación para el sano desarrollo del sector eléctrico. Esa planificación implica estar preparados para eventos cíclicos como el incremento de la demanda por las altas temperaturas propias del verano u otros eventos de la naturaleza que puedan afectar el sistema.
Este proceso debe realizarse de manera consensuada con todos los actores claves de los sectores público y privado para lograr un proceso adecuado de acuerdo con las necesidades propias de nuestro país.
Luego de agotado el proceso de planificación, hemos recomendado que se ejecute un cronograma de licitación que incluya las necesidades futuras de inserción al sistema de nuevas centrales de generación, tanto con fuentes renovables, como con tecnologías de producción convencional.
Esto se lograría con planes indicativos de expansión de la distribución, la transmisión y la generación de energía con una participación diversa de fuentes energéticas convencionales, renovables y alternativas, dando prioridad a estas últimas y proyectando la conducta de la demanda de los próximos 20 años.
En su rol como vicepresidente de la ADIE, ¿Cuáles son las perspectivas que ve para el Sistema Eléctrico Nacional de cara al futuro en la consolidación de la independencia y la seguridad energética de la República Dominicana?
En nuestro país, el sector eléctrico tiene grandes oportunidades de crecimiento, sobre todo en el fortalecimiento de la distribución y transmisión, además del avance en la movilidad eléctrica.
Uno de los cambios normativos que se espera que mejoren los niveles de confiabilidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado es la incorporación de baterías para ofrecer servicios auxiliares en el sistema, además de la adherencia de estas en los proyectos de energía renovable.