Brian Marcos, el jefe de bomberos y director de manejo de emergencias de Smyrna, se sintió atraído por el trabajo debido a su deseo de trabajar en equipo y servir a la comunidad. Sin embargo, reconoce que este trabajo conlleva tanto recompensas como riesgos. Marcos y otros socorristas a menudo lidian con el trastorno de estrés postraumático (TEPT), que puede afectar su capacidad para salvar vidas. Según él, están expuestos a una serie de eventos traumáticos, como accidentes automovilísticos o situaciones familiares difíciles, lo que puede comprometer su desempeño en situaciones de estrés.

El representante de Georgia Devan Seabaugh (R-Marietta) es el principal patrocinador de HB451, un proyecto de ley destinado a establecer un programa de seguro para los socorristas diagnosticados con TEPT en el trabajo. Seabaugh está trabajando en conjunto con el representante estatal Gregg Kennard (demócrata por Lawrenceville), quien también es uno de los patrocinadores del proyecto de ley. Kennard se inspiró en un oficial de policía que tuvo que pagar $20,000 de su propio bolsillo para recibir tratamiento para su salud mental. Kennard argumenta que este proyecto de ley es esencial para aquellos que arriesgan sus vidas en el cumplimiento de su deber.

Kennard señala que es más probable que un agente muera por suicidio que en el cumplimiento de su deber, lo que destaca la importancia de abordar la salud mental de los socorristas. Según el proyecto de ley, si un socorrista es diagnosticado con TEPT mientras está en servicio, recibirá un beneficio de suma global y, si los síntomas persisten, se proporcionará un pago por incapacidad durante un máximo de tres años. El costo de la póliza de seguro para cada socorrista sería de aproximadamente $155 al año. Aunque originalmente se consideró un programa de compensación laboral más sólido, Kennard señala que se encontró que era demasiado litigioso y se optó por el enfoque del seguro propuesto en el proyecto de ley.