Juicio sobre constitucionalidad del sistema electoral de Georgia inicia el martes
Activistas buscan que un juez federal ordene a Georgia detener el uso de su actual sistema electoral, alegando vulnerabilidades y problemas operativos que podrían comprometer el derecho al voto y la precisión en el recuento de votos.
En un juicio que comienza el martes, estos activistas argumentarán que las máquinas de votación con pantalla táctil de Dominion Voting Systems son tan deficientes que se consideran inconstitucionales. A pesar de que las autoridades electorales afirman que el sistema es seguro y confiable, sostienen que es responsabilidad del estado determinar cómo llevar a cabo las elecciones.
Georgia se ha convertido en un epicentro electoral en años recientes, y la atención nacional está puesta en sus procesos electorales. El sistema actual utilizado por la mayoría de los votantes en persona en todo el estado incluye máquinas de votación con pantalla táctil que imprimen un resumen legible de las selecciones de los votantes y un código QR que se escanea para contar los votos. Los activistas proponen cambiar a boletas de papel marcadas a mano y contarlas con escáneres, además de realizar auditorías postelectorales más rigurosas.
La jueza de distrito estadounidense Amy Totenberg, a cargo del caso desde hace tiempo, ha expresado previamente en una orden en octubre que no puede imponer al estado el uso de boletas de papel marcadas a mano. Sin embargo, los activistas creen que prohibir las máquinas de pantalla táctil obligaría efectivamente al empleo de boletas de papel marcadas a mano, ya que esa es la contingencia respaldada por la ley estatal.
Este juicio surge de una demanda presentada en 2017 por votantes individuales y una organización que aboga por la integridad electoral, en contra del sistema de votación obsoleto y sin papel utilizado en ese entonces. En 2019, Totenberg prohibió el uso de las máquinas antiguas más allá de ese año, y el estado rápidamente implementó las nuevas máquinas de votación de Dominion antes de las elecciones de 2020, aunque los activistas ajustaron su demanda para apuntar al nuevo sistema.