TU PINO DE NAVIDAD INDICA TU PERSONALIDAD

Este año, mi hijo y yo inventamos un nuevo oficio: la “Pinología” (o el arte de saber cuál pino de Navidad nos iba mejor en el nuevo apartamento donde migramos). Y así fue como viendo pinos naturales, pinos artificiales y pinos guindados en retrovisores de taxis, nos percatamos de que los pinos de Navidad no solo adornan; sino que encierran en sí mismos la máxima de “Dinos con qué pino andas y te diré quién eres”. Vean:
 
  1. El pino excesivamente decorado: suele ser de un influencer que debe mostrar el arbolito en todos los videos que hace, pues lo obtuvo por intercambio. Por ello, el Grinch que le termina arruinando la Navidad, es tener que decir en todos sus videos “¡Y miles de gracias a mis amigos de La Casa Del Pino por consentirme tanto!”.
 
  1. El pino decorado de caramelos y bastones: éste suele ser de alguien que está en una dieta estricta. Dicho arbolito se caracteriza porque la parte que todos vemos está decorada, pero en la parte que da hacia la esquina de la pared, los bastones y los caramelos han ido desapareciendo misteriosamente.
 
  1. El pino con regalos de mentira: este arbolito denota que usted es el conserje del edificio. La decoración más llamativa de dicho arbolito no son los regalos vacíos que reposan en su base, sino el cartel que tiene pegado con el siguiente mensaje: “Éste es un arbolito de Navidad, no el urinario de su perro”.
 
  1. El Minipino: éste demuestra que usted acaba de emigrar a otro país, vive en un apartamentico, tiene el presupuesto recortado y lo mejor que consiguió para conmemorar la Navidad fue un ejemplar sumamente pequeño… (bueno, tan pequeño que es un minicactus con lucecitas que por cierto venden en La Casa del Pino, quienes te recuerdan que cuando se trata de tu arbolito, “No importa el tamaño, sino cómo lo utilices”).
 
  1. El pino natural: éste es de personas ahorrativas, pues usan el arbolito para hacer pesas mientras lo sube al techo del carro y luego lo cargan hasta la sala de la casa. Después lo usan de arbolito de Navidad y aromatizante olor a pino para disfrazar que la señora de servicio está de vacaciones y nadie ha limpiado en todo el mes. Y cuando termina la Navidad, pican el árbol para usarlo como leña en la parrillera y la chimenea.
 
  1. El pino trans: no tiene ni tronco, ni ramas, ni hojas, pero se identifica a sí mismo como arbolito de Navidad. Suele ser un triángulo, una pirámide o un cono de tránsito. Quienes ostentan dicho pino, suelen ser progres que se refieren a sus arbolitos como “pines”.
 
  1. El pino que parece perro recién bañado: éste comenzó siendo verde perico y era parte de los primeros arbolitos que vendían en La Casa del Pino. Con el paso de las décadas, ahora este arbolito es verde camuflaje, le faltan ramas, tiene el mismo set de luces con el que vino y su enchufe ya no es una clavija, sino dos cables pelados.
 
  1. El pino nevado: éste denota que usted ha vivido toda la vida en una zona costera, pero anhela tanto mudarse a Canadá, que cuando va a la playa se baña con bufanda y sobretodo… (sobre todo cuando es verano).
 
Y así se resumen los ocho signos de la Pinología. Aunque cual ciencia naciente, entienda que estos perfiles no son exactos. De hecho, hemos visto gente que tiene un minipino, natural, con bastones de menta, regalos de mentira, lucecitas viejas y cubierto con nieve falsa. Si sospecha que es de estas personas, entonces no espere ningún regalito debajo del árbol. Más bien espere una terapia psicológica, pues lo que tiene es un trastorno de personalidad pinística. Y si necesita tratárselo, le recomendamos unas pastillas especiales en la Farmacia Los Pinos (que casualmente es de los mismos dueños de La Casa del Pino).

Fuente

Reuben Morales