El futuro de la movilidad

El transporte público siempre ha sido el medio de movilidad más común, sin embargo, las personas no pueden resistir el atractivo de poseer un vehículo propio. En República Dominicana, tan solo en el Gran Santo Domingo, se realizan más de 3 millones de trayectos diarios, de los cuales un 42 % son en transporte privado, donde el 32 % son vehículos propios.

En la era de la digitalización, se introdujeron nuevos servicios de movilidad: los servicios de taxi por aplicaciones, el uso compartido de automóviles y los viajes compartidos forman parte de las alternativas modernas al transporte público tradicional. El uso de la movilidad compartida o car sharing pronto podría volverse tan simple y común como la transmisión de música.

Nuestra investigación acerca de este tema muestra que el uso diario del automóvil privado promedio es de tan solo 63 minutos por día. A todo esto, se le suma el hecho de que el 96 % del tiempo el automóvil está estacionado. Los servicios de movilidad llegan a desafiar la eficiencia económica de la propiedad de automóviles.

 

¿Dónde estamos ahora con el car sharing?

En un nivel básico, la movilidad compartida es una forma de alquiler de vehículos con dos diferencias principales: en primer lugar, la mayoría de los proveedores de coches compartidos no solicitan la devolución de un coche en una estación de alquiler; los coches se pueden devolver, simplemente, aparcando en la calle. En segundo lugar, los servicios de car sharing se cobran por minuto de uso (frente a los días de uso en el alquiler de coches). El consumidor, por ejemplo, puede utilizar estos vehículos para tener un trayecto de 10 minutos desde una estación de metro hasta su casa.

En los últimos años, cada vez más fabricantes de automóviles han apostado por la movilidad compartida, viendo a este servicio como uno de los pilares estratégicos de su futuro negocio. Debido a esto, empresas líderes de movilidad compartida como Car2Go, DriveNow/ReachNow, Maven, son propiedad exclusiva de los fabricantes de automóviles.

Esto transformó los modelos comerciales tradicionales donde los fabricantes de automóviles ganaban dinero solo con la venta y el mantenimiento de automóviles, al proporcionar servicios de uso compartido de automóviles que también ganaban con la operación del automóvil.

“Cuando quieras tener tu propio auto, la gente usa una forma de suscripción, en la que pagan una tarifa mensual, como lo haces con un contrato telefónico”, dijo Håkan Samuelsson, CEO of Volvo Cars. Tal transformación lleva al hecho de que muchas empresas tradicionales ya no se posicionan como proveedores de vehículos, sino como proveedores de movilidad.

Sin embargo, tan solo el 2 % de los propietarios de automóviles y el 4 % de los que no son propietarios de automóviles han usado alguna vez car sharing o movilidad compartida. El conocimiento limitado sobre los servicios de car sharing (40 %) y la baja disponibilidad de vehículos de (36 %), son las principales barreras para usar este nuevo modelo de negocio. Evidentemente, con un mayor desarrollo de los servicios de vehículos compartidos, estos dos factores naturalmente mejoraran.

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¿Qué pasa con el viaje compartido?

Ride-sharing/ride-hailing es un servicio basado en una aplicación que conecta a conductores y pasajeros. Proporciona un tipo de servicio similar a un taxi: los usuarios de viajes compartidos son pasajeros, que son conducidos por conductores y no conducen solos. Al mismo tiempo, los conductores en muchos casos usan sus automóviles privados, por lo que los proveedores de viajes compartidos no necesitan poseer grandes estacionamientos, sino actuar como un proveedor de plataforma.

Una de las empresas de viajes compartidos más “internacionalizada” es Uber con medio millón de usuarios activos en República Dominicana. El 63 % lo conoce (aun la empresa líder de viajes compartidos puede varias de país en país). Didi, por ejemplo, es muy popular en China (91 % de reconocimiento), Lyft en EE. UU. (78 % de reconocimiento) y BlaBlaCar en Europa (46 %).

Los servicios de viajes compartidos están más reconocidos que los de vehículos compartidos: uno de cada cuatro (24 %) consumidores ha utilizado viajes compartidos hasta ahora. Barato (49 %), simple (48 %) y rápido (41 %) son los tres principales beneficios reconocidos de los viajes compartidos.

 

¿Quién proporcionará los servicios de movilidad en el futuro?

Los consumidores creen que los dos principales futuros líderes en servicios de movilidad serán Apple y Google (Waymo), lo que demuestra que esperan una gran disrupción en la forma en que viajamos. En la posición 10 de los futuros líderes en servicios compartidos vemos a Uber, como una empresa de viajes compartidos, seguida por su socio y competidor Didi.

Los automóviles seguirán siendo el principal medio de transporte utilizado para distancias cortas y medias. Al mismo tiempo, escuchamos cada vez más que en el futuro pueden aparecer vehículos totalmente nuevos, como taxis autónomos con drones o cápsulas modulares que pueden usarse como automóviles en las carreteras y podrían convertirse en helicópteros o transbordadores ferroviarios.

Como se ha destacado en varios artículos producidos por Ipsos sobre la movilidad, los tres pilares principales de la movilidad futura (vehículos sin conductor y conectados, electrificación y movilidad compartida) están interconectados.

Nuestros resultados muestran que los consumidores están listos para aceptar ideas disruptivas en el área del transporte como servicio. En general, los intereses de las empresas (proveedores de movilidad) y las autoridades de la ciudad coinciden, y ambas partes apuntan a reducir la cantidad de automóviles en las carreteras, ofreciendo ventajas que parecieran evidentes: estacionamiento gratuito para vehículos de auto compartido, privilegios fiscales para autos eléctricos, entre otras.

En Latinoamérica se estima que se seguirán implementando nuevos modelos de negocios y plataformas tecnológicas que permitan la optimización del tráfico, eficientizar del traslado de ciudadanos y favorecer la reducción de las emisiones de CO2.   

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  Gráfico #3