Industria y crecimiento económico son dos conceptos que van de la mano y así ha sido desde el siglo XIX. La actividad industrial permite el avance continuo de un país y  su desarrollo se traduce en diversidad productiva, generación de empleo, inversión en tecnología, fomento del comercio interno de bienes y servicios, fortalecimiento de lazos económicos internacionales y dinamización de exportaciones; además, produce un efecto de tracción sobre el resto de los sectores productivos.

En República Dominicana, la industria ha visto un importante crecimiento en los últimos años, demostrando recientemente su capacidad de resiliencia con la pandemia. El desarrollo industrial es una pieza medular para el país, pero esto, como lo ha dicho nuestro entrevistado de portada, Celso Marranzini, presidente de la AIRD, es producto de un trabajo conjunto, de un esfuerzo consensuado de todos los actores y de un compromiso real con el país.  ¡Los resultados saltan a la vista!

En cifras del Banco Central de la República Dominicana, la economía cerró el año 2021 con un crecimiento de 12.3 %. Uno de los protagonistas de este crecimiento ha sido el sector industrial, debido al aumento en los volúmenes de producción de los bienes relacionados a la fabricación de metales comunes, fabricación de productos minerales no metálicos, fabricación de sustancias y productos químicos, elaboración de bebidas alcohólicas, no alcohólicas y derivados del tabaco y otras industrias manufactureras. 

De igual forma, el BCRD afirma que “se observa un repunte de 20.7 % en las exportaciones nacionales, lideradas por el sector industrial con un aumento de 40.0 %, destacándose en este sector los rubros de varillas de acero y cervezas”. 

Sin embargo, a nivel mundial la industria se mueve hacia nuevos paradigmas, en los que las transformaciones económicas, sociales y medioambientales marcan el norte, y en la que productos y servicios de alto valor añadido y bajo impacto ambiental son los demandados. 

El sector industrial dominicano busca estar a la par de los estándares internacionales, y ha abrazado la digitalización, la automatización y la eficiencia energética, transformando los procesos de fabricación tradicionales. 

Por delante quedan importantes desafíos por vencer, nuestros entrevistados de esta edición hacen un análisis del sector y desmenuzan la situación actual de la industria y las enormes oportunidades que ofrece para consolidarse como un motor esencial de la productividad y la innovación.